IV. La semiótica literaria 1. La semiótica y
la filosofía del lenguaje. Perspectiva histórica.
ACERO, J.J.;
BUSTOS, E. y QUESADA, D. (1982), Introducción a la filosofía del
lenguaje. Madrid: Cátedra.
1. La semiótica y la filosofía del lenguaje. Perspectiva histórica La teoría de los signos o semiótica se desarrolla
desde la Antigüedad. En su origen, se usó para designar la parte de la
medicina que se ocupaba de interpretar los signos de las enfermedades
(Galeno). Pero el interés por el lenguaje hace que el término se
generalice. Platón (Cratilo) estudia las relaciones del lenguaje con la
realidad, Aristóteles sienta las bases de la moderna teoría del
lenguaje, los estoicos (Zenón y Cleantes y sus teorías semánticas), los
epicúreos y hasta los escépticos son conscientes de la importancia del
lenguaje en el conocimiento filosófico. La semiótica norteamericana ![]() Modernas investigaciones semióticas son las de Peirce (1839-1914), profesor en Harvard y en la John Hopkins University que inaugura la llamada semiótica norteamericana. Su monumental obra no ha sido publicada en su totalidad. La universidad de Harvard editó parte de sus escritos bajo el nombre de Collected Papers entre 1931 y 1958. Desde 1982, la Universidad de Indiana está publicando los Writings of Charles S. Peirce: A Chronological Edition, programados en unos treinta volúmenes. Hasta ahora se han publicado seis. Se puede consultar en la red The Peirce Edition Project: www.iupui.edu/~peirce/ En español http://www.unav.es/gep/ No conocemos, por lo tanto, todas las ideas del genial
pensador norteamericano aunque en los últimos tiempos está siendo
estudiado y analizado con gran minuciosidad. El semiótico norteamericano más conocido es Charles Morris, para quien la semiótica sería la ciencia general de los signos, la investigación general de un sistema de signos cualquiera.Se dividiría en tres partes: 1. SINTAXIS. El estudio de las relaciones de los
signos entre sí, con independencia de lo que designan y significan. Estos conceptos no son aceptados completamente por todos los lingüistas y teóricos de la filosofía del lenguaje. Hay problemas, sobre todo, en los aspectos que hacen referencia a la semántica y la pragmática del signo. Sus límites se confunden a veces. La semiótica europea De forma simultánea a las reflexiones de Peirce, en Europa Saussure imparte sus cursos de lingüística (de 1907 a 1912) que a su muerte publicarán sus alumnos Bally y Sechehaye en 1916. La primera traducción castellana aparece en 1945 en la editorial argentina Losada, de la mano de Amado Alonso. ![]() Saussure es la base de los estudios lingüísticos
contemporáneos. También de los literarios, que van indisolublemente
unidos. Sus concepciones suponen un avance casi definitivo en la
consideración científica de los estudios lingüísticos. Sin embargo, el
"casi" se explica por el peligro de considerar todas sus ideas
infalibles. Después de Saussure comienzan los estudios que
pretenden desarrollar de manera sistemática la ciencia propuesta. 2. Elementos de semiótica Semiótica y lingüística Hjemslev habla de la semiología como la disciplina
general que estudia los sistemas de signos; su acercamiento es
exclusivamente lingüístico, por lo que sostiene la necesidad de
estudiar los problemas semiológicos lingüísticamente. SEMIÓTICAS ..................científicas ........................no científicas monoplanas ........................álgebra ...............................los juegos biplanas......................
metasemióticas ....................semioticas connotativas La literatura sería una semiótica connotativa (pluriplana más que biplana), considerada no científica por la dificultad que entraña la descripción rigurosa de esos lenguajes de connotación. Barthes continúa esta línea y afirma que el lenguaje
no sólo es uno de los principales sistemas semiológicos sino que en
realidad la semiología es una parte de la lingüística, que sería la
disciplina general puesto que es el lenguaje el que articula el mundo.
Se trata de invertir la afirmación de Saussure. Barthes se limita a
traducir cualquier sistema de signos a lenguaje para, de esta forma,
humanizarlo mediante las dos falacias (de objeto y de procedimiento)
que tan acertadamente nos señalara Cesare Segre (1977, pp. 116-118). (…) la lingüística es una rama autónoma, estructural más que funcional, de la semiótica. El resto de ella abarca una extensa variedad de sistemas no verbales de significación y comunicación que, en los humanos florece al mismo tiempo que el precedente, con el que se relaciona recíprocamente. (Sebeok, 1994, p. 127) El pensamiento de Barthes a mediados de los sesenta está muy alejado de estas ideas del semiótico norteamericano. Su concepción es esencialmente lingüística y su programa semiológico sigue al pie de la letra el catecismo estructuralista. Dominio de la semiótica Metodológicamente, debemos hacer una triple distinción: semiótica teórica, semiótica descriptiva y semiótica aplicada. a) Semiótica teórica Examinaremos aquí los conceptos básicos de la
disciplina, delimitando el ámbito de estudio. Lo que importa es poder someter a un principio de clasificación una masa enorme de hechos en apariencia anárquicos, y la significación es la que suministra este principio: junto a las diversas determinaciones (económicas, históricas, psicológicas) hay que prever ahora una nueva cualidad del hecho: el sentido. (Barthes, 1964c, p. 224) El significado de los signos puede encontrarse en la naturaleza de éstos, y estaríamos entonces en una semiótica de la comunicación, o su significado es adquirido por el uso social, con lo que nos encontraríamos con una semiótica de la significación. Los límites entre una y otra se confunden, por lo que nos parece que esta distinción que se produce a partir de Barthes debe ser desechada. Los signos comunican pero también significan. Además, en la literatura se nos ofrecen abundantes ejemplos de intercomunicación entre esas dos supuestas semióticas. Veamos ahora las ideas de la semiótica norteamericana. Para Peirce, no hay nada que no pueda ser un signo, pero el signo no existe si no actúa como tal. Un signo o representamen es algo que representa algo para alguien en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa persona un signo equivalente o quizás aún, más desarrollado. A este signo creado, yo lo llamo el Interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Representa este objeto no en todos sus aspectos, sino con referencia a una idea que he llamado a veces el fundamento del representamen. (Peirce, 1897. Collected Papers, 2.228) Esta es una de las definiciones del semiótico norteamericano, quizás la más conocida. Como afirma Gorlée (1992:30): Un signo consiste en la interacción significativa entre un primero, un segundo y un tercer elemento, en la que el tercero es el elemento mediador entre el primero y el segundo, creando la relación sígnica, que es una tríada indisoluble. La lingüística norteamericana construye un modelo
triangular para interpretar el signo e incluye el referente en su
definición (Ogden y Richards, 1923). El ICONO establece una relación de semejanza con el
mundo exterior (v.gr., una foto, una escultura,…). La lingüística de inspiración saussereana afirma que
la exclusión del referente es una condición previa y necesaria para el
ejercicio de toda semiótica por lo que la clasificación norteamericana
entra en la categoría de los no signos. ![]() Barthes habla de sistemas arbitrarios y no
arbitrarios, motivados o inmotivados. (…) en la mayoría de los sistemas semiológicos la lengua es elaborada no por "la masa hablante" sino por un grupo de decisión. En este sentido, puede decirse que en la mayoría de las lenguas semiológicas el signo es verdaderamente "arbitrario", puesto que es fundado de una manera artificial mediante una decisión unilateral. (Barthes, 1964a, p. 34) Más que extender o generalizar el concepto de
arbitrariedad a todos los signos semióticos, quizás lo que habría que
hacer es cuestionar esa supuesta arbitrariedad de los signos, principio
postulado por Saussure hace muchos años y aceptado casi sin discusión.
No hay que tomarse este principio como un dogma de fe, (…) las dificultades son inmensas si intentamos ver todos los signos lingüísticos como entidades arbitrarias en su mismo origen. Otra cosa es que el lenguaje fuera aumentando su arbitrariedad hasta llegar a la situación actual, en la que, sin embargo, ésta no es tan absoluta como solemos creer. (Bernárdez, 2004, p. 172) Más que de la arbitrariedad del signo habría que
distinguir entre signos motivados y signos convencionales. b) Semiótica descriptiva En este ámbito se descriirán las situaciones
comunicativas y significativas, clasificándolas y estratificándolas.
Pueden describirse actos lingüísticos con los procedimientos habituales
pero también los no lingüísticos como los gestos, una fiesta, un
espectáculo, los saludos y despedidas, etc. c) Semiótica aplicada Creo que a estas alturas podemos estar de acuerdo en
el carácter interdisciplinar de la semiótica. El ámbito de aplicación
es inmenso, abarca muchas materias.
Literatura y lingüística Ya advertíamos, al hablar de la semiótica general, de
los peligros en que se podía caer al utilizar herramientas lingüísticas
en los análisis semióticos. Podemos reducir la visión, acotar en exceso
el análisis. (…) no es un hecho lingüístico [la literatura], la lengua es tan sólo su instrumento; la lingüística, pues, sirve para la interpretación del hecho literario por cuanto nos proporciona la competencia indispensable en el medio que utiliza la literatura para expresarse. Pero la lingüística sirve sólo hasta ese punto: hay una frontera que la lingüística no superará jamás. Deducción: un buen crítico debe ser efectivamente un buen lingüista, pero un buen lingüista no es necesariamente un buen crítico. Parece evidente que el conocimiento previo lingüístico
es necesario al acercarnos al fenómeno literario; lo que no es tan
evidente es el campo que abarca la semiótica literaria. La literariedad ![]() Roman Jakobson es el que introduce este concepto para
hablar de lo específicamente literario, que se descubrirá mediante el
análisis de los mecanismos y recursos verbales propios del lenguaje
literario. Se rechazan, por tanto, los análisis extrínsecos necesarios
para el estudio de las connotaciones. Además, se hace hincapié en la
literatura lírica, en los recursos poéticos que destacan de manera
especial en ese modo genérico y desarrolla la idea del procedimiento
dominante. La literatura se expresa en un lenguaje especial, el cual se superpone sobre la lengua natural como un sistema secundario. Por eso la definen como un sistema modelizador secundario. Un `poco más adelante nos da la clave del asunto: Ya hemos tenido ocasión de señalar que los signos [artísticos] no poseen un carácter convencional, como en la lengua, sino icónico, figurativo. Esta tesis, evidente por lo que se refiere a las artes figurativas, aplicada a las artes verbales arrastra una serie de consecuencias esenciales. Los signos icónicos se construyen de acuerdo con el principio de una relación condicionada entre la expresión y el contenido. Por ello es generalmente difícil delimitar los planos de expresión y de contenido en el sentido habitual para la lingüística estructural. Lo que está claro es que hay que atender, junto a la sintaxis y a la semántica, a la dimensión pragmática del fenómeno literario. Una dimensión que hay que analizar incluso antes que la sintaxis o la semántica para encontrar el sentido de un texto dado. Las connotaciones semióticas. La sociosemiótica El reconocimiento de la existencia de las
connotaciones semióticas por la escuela europea no significa más que la
aceptación de una evidencia que necesita, ahora, su teorización. ![]() Greimas dice que la semiótica de la cultura consistiría en la descripción del conjunto de axiologías (sistemas de valores morales, lógicos, estéticos,…), ideologías y prácticas sociales significantes. Junto a estos estudios que nos orientarían a lo específicamente literario, no podemos olvidar una última condición indispensable para nuestra definición de la semiótica literaria: la referencia de valor. El concepto de valor semiótico debe ocupar una posición central en nuestra estructura teórica. El término valor tiene muchas acepciones según la disciplina que los utilice. La semiótica se introduce en el campo de la sociología para darnos una representación de la cultura identificada con la sociedad en cuanto significación. Al mismo tiempo, podríamos realizar tipologías de las culturas y explicarnos el relativismo cultural de cada época. Las connotaciones sociales se pueden analizar teniendo en cuenta varias dimensiones: 1) Actitudes adoptadas por una sociedad dada respecto a sus propios signos. Por ejemplo, los signos medievales son metonímicos y aluden a una totalidad de sentido (el árbol es eje entre los mundos en el arte románico, es también la naturaleza humana, es el árbol de la vida, la cruz; el castillo sería el alma,…). Los signos en el siglo XVIII son considerados naturales. El signo saussureano es considerado burgués por Barthes. 2) Modo y grado de veridicción que una sociedad atribuye a sus discursos. Se analizarían las actitudes colectivas concernientes a la interpretación veridictoria de los discursos-signos. Por ejemplo, en el uso del significante: ciertas sociedades aprovechan la materialidad del significante para señalar el carácter místico y verdadero del significado. Así, en la recitación de los textos sagrados, la distorsión rítmica de los esquemas de acentuación insinúan la existencia de otra voz y de un discurso "verdadero" que ella sostiene (los cantos gregorianos). Reificación (darle realidad) del significado. El discurso jurídico produce un referente interno implícito que produce la impresión de que las normas jurídicas están fundadas en una realidad (polémica ley/conciencia). El diálogo insertado en un discurso narrativo hace real la situación del diálogo. Estos tipos de ilusiones referenciales sirven siempre para producir los efectos de sentido "verdad" y estudiándolos en cada situación es como podemos determinar lo que en una determinada sociedad se considera un acontecimiento histórico y lo que es sólo ficción, lo que es una historia "verdadera" y lo que es una historia "para divertir". Estos criterios podrían servirnos, por ejemplo, para establecer una clasificación de los géneros literarios. 3) Otra forma de estudiar las connotaciones sociales sería el hacer una taxonomía de los lenguajes sociales. Distinguiríamos, por ejemplo, entre: lenguaje sacro/ lenguaje profano; lenguaje masculino/lenguaje femenino; lenguaje superior/lenguaje inferior. También analizaríamos las transformaciones e estos lenguajes provocadas por los cambios sociales. Por ejemplo, el lenguaje sacro socialmente fue primero religioso, luego filosófico e incluso poético… Dentro del universo semiótico, Greimas diferencia tres elementos: 1) EL SOCIOLECTO O UNIVERSO SOCIOLECTAL. Son especies de sublenguajes reconocidos por las variaciones semióticas que los oponen unos a otros (plano de la expresión) y por las connotaciones sociales que los acompañan (plano del contenido) y que son caracterizados por sus relaciones con la estratificación social. Se trataría de describir la actitud que una comunidad sociocultural adopta con respecto a los interrogantes fundamentales que le son planteados. La escritura sería un hecho sociolectal. 2) EL IDIOLECTO O UNIVERSO IDIOLECTAL. Es la actividad semiótica de un actor individual. Ahora bien, en la práctica de las lenguas naturales las variaciones individuales no pueden ser muy numerosas ni constituir desviaciones demasiado marcadas porque interrumpirían la comunicación. El estilo es un hecho idiolectal. 3) EL DIALECTO O UNIVERSO DIALECTAL. Son actividades semióticas de un grupo social diferenciadas de otros grupos por una repartición geográfica. El universo sociolectal sería el estudiado específicamente por la sociosemiótica. La formación del significado textual El estudio sociosemiótico del texto artístico más profundo y sugerente es el realizado por Yuri Lotman. Ya adelantábamos al definir la semiótica literaria, algunas ideas de este investigador de la República de Estonia. Iuri LotmanPara Lotman, uno de los problemas esenciales de la semiótica es el del significado, puesto que el fin que persigue el estudio de cualquier sistema de signos es la determinación de su contenido. Si concebimos los signos desde los dos planos clásicos (expresión y contenido), podemos establecer correspondencias entre las dos cadenas de estructuras que se formarían atendiendo a uno u otro aspecto. La intersección de dos cadenas de estructuras en un cierto punto doblemente único la denominaremos signo. Por consiguiente, el problema del contenido es siempre un problema de TRANSCODIFICACIÓN. Ciñéndonos al texto artístico, hay que recordar que Lotean denomina a éste "sistema modelizador secundario". Los sistemas modelizadores secundarios representarían estructuras cuya base está formada por una lengua natural. Junto a ésta, el sistema recibe una estructura complementaria de tipo ideológico, ético, artístico,… Los significados de este sistema secundario pueden formarse tanto según los procedimientos propios de las lenguas naturales, como por los métodos de otros sistemas semióticos. Procedimientos teóricamente posibles de formación de significados: a. TRANSCODIFICACIÓN INTERNA. El significado se forma
mediante la transcodificación interna. Son sistemas semióticos en los
que el significado se forma no mediante la aproximación de dos cadenas
de estructuras, sino en el interior del sistema de modo inmanente.
Ejemplos del plano de la expresión: expresiones matemáticas. a = b + c;
expresiones musicales,… b. TRANSCODIFICACIÓN EXTERNA. Los significados se
forman mediante la transcodificación externa. Es el caso más corriente,
representado por las lenguas naturales. Procedimientos realizados en un material histórico concreto. a. EL ROMANTICISMO LITERARIO. Transcodificación
interna dominante en sistemas modelizadores secundarios de tipo
artístico. El contenido de los signos románticos se obtendrá fácilmente
determinan do la relación que un concepto guarda respecto a otros
conceptos del sistema: b. EL REALISMO LITERARIO. Transcodificación externa dominante. El realista se enfrenta con el problema de la correlación entre el significado del concepto en la estructura (de las ideas o del estilo) con el significado extrasistémico. Los realistas atacarán el sistema romántico. c. AUTOR QUE TRATA DE PENETRAR EN LA ESENCIA DE LA REALIDAD, COMPRENDIENDO EL CARÁCTER LIMITADO DE CUALQUIERA DE LOS SISTEMAS CODIFICADOS. Transcodificación externa múltiple dominante. Pluralidad de transcodificaciones externas. Todos estos sistemas de formación de significados coexisten a menudo en los sistemas modelizadores secundarios. Texto y estructuras extratextuales Una vez que hemos examinado los problemas del signo dentro de los sistemas modelizadores secundarios, debemos fijarnos ahora en el concepto de texto, relacionado con una serie de estructuras histórico-culturales y psicológicas determinadas => concepto relativo de texto (por ejemplo, textos creados como obras independientes, posteriormente funcionaron como partes de un texto más amplio o al revés. Recordemos que en los Cantares de Gesta se crearon episodios que luego se desgajaron y alcanzaron vida propia. Véase el "Romance del prisionero". Que por mayo era, por mayo, Su condición fragmentaria, su final abierto es lo que le da, precisamente, su valor. Hay que tener en cuenta tres criterios: 1. Lo que el autor entiende por texto. Teniendo en cuenta que debe de haber una oposición entre estructuras artísticas y no artísticas dentro del código cultural en que nos movamos, podemos establecer cuatro posibilidades: 1. Autor y receptor perciben el texto como un texto
artístico = Obra de arte. La dificultad mayor de este esquema inicial elemental se da en el primer caso, cuando ambos participantes de la comunicación artística perciben el texto como artístico pero la estructuración de este concepto difiere profundamente en cada uno de ellos Se ve necesario, pues, establecer la relación que se da entre la estructura real de la obra, el código real, y la estructura esperada por el oyente. Encontramos dos tipos de relación: 1. ESTÉTICA DE LA IDENTIDAD. Fenómeno artístico cuya
estructura está fijada de antemano y la expectación del oyente queda
justificada por toda la construcción de la obra. 2. ESTÉTICA DE LA OPOSICIÓN. Textos artísticos
constituidos por sistemas cuya naturaleza de código es desconocida por
el auditorio antes de empezar la percepción artística. Esta distinción entre "estética de la identidad" y
"estética de la oposición" nos permite acercarnos con mayor objetividad
a criterios valorativos. "PREGUNTA. ¿No cree que la literatura debería
ser una aventura totalmente personal? Muchos libros actuales parecen
salidos de algún tipo de taller literario. Autores que innovaron, según Goytisolo: Hita y su Libro de buen amor, Delicado y La lozana andaluza, Rojas y La Celestina o Cervantes y El Quijote. Volviendo a Lotman, acabamos diciendo que el texto artístico, inmerso en una u otra estética, se encuentra también incluido en un sistema complejo de relaciones extratextuales que crean un código complejo que tiene como especificidad artística el que el código del receptor difiere siempre en mayor o menor grado con el código del emisor. El concepto de literariedad acuñado por Jakobson ha
sido superado. La literatura es tanto un código lingüístico como
extralingüístico y de lo que se trata es de integrar el estudio verbal
dentro de una tesis global sobre el texto artístico como signo
cultural.
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